Es probable que el presidente Joe Biden mantenga vigentes las tarifas de acero de la Sección 232, un paso que es bienvenido por las organizaciones de la industria siderúrgica y los grupos sindicales de EE. UU.

Impuesto por el Departamento de Comercio bajo la presidencia de Trump en marzo de 2018, incluye aranceles del 25 % sobre el acero y del 10 % sobre el aluminio.

Se dice que Biden quiere tomarse un tiempo para considerar el asunto, mientras mantiene su enfoque en la miríada de otros problemas que enfrenta la nación. Ayudan a confirmarlo las declaraciones que salen de la Casa Blanca que indican que existe una preocupación por las acciones más “asertivas” y “autoritarias” de China en los últimos años. La administración de Biden pide “paciencia” para hacer frente a esas amenazas.

Antes de la toma de posesión del presidente Biden, el Instituto Estadounidense del Hierro y el Acero, la Asociación de Fabricantes de Acero, el sindicato United Steelworkers, el Comité de Importaciones de Tuberías y Tubos y el Instituto Estadounidense de Construcción de Acero emitieron una carta conjunta a Biden instándolo a mantener la tarifas de seguridad vigentes para garantizar la viabilidad de la producción nacional de acero.

“Desafortunadamente, la recuperación de la industria del acero se vio retrasada por la pandemia de COVID-19, que provocó una caída significativa en la demanda la primavera pasada, lo que obligó a dolorosos recortes de empleos, ya que las acerías, los fabricantes y las fábricas de tubos redujeron la producción o cerraron por completo. A medida que los clientes reiniciaron la producción, la industria del acero comenzó a recuperarse, pero seguimos siendo muy vulnerables a nuevos aumentos en las importaciones”, decía la carta.

El exceso de capacidad de acero en todo el mundo creció a 700 millones de toneladas métricas en 2020, u ocho veces la producción total de acero de Estados Unidos el año pasado. China, Vietnam y Turquía se encuentran entre los países que están aumentando su producción de acero incluso cuando cae la demanda mundial. Además, Corea, Rusia, Ucrania e Indonesia han estado exportando una mayor parte de su producción de acero.

Al presentar su caso a Biden, los grupos siderúrgicos dijeron que eliminar o debilitar los aranceles “solo invitará a un nuevo aumento en las importaciones con efectos devastadores para los productores nacionales de acero y sus trabajadores. No debemos repetir la experiencia de la década de 1990, cuando el impacto de la demanda de la crisis financiera asiática provocó aumentos en las importaciones de acero de muchas regiones del mundo y provocó la quiebra generalizada de la industria siderúrgica y la pérdida de puestos de trabajo”.